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ESCRIBIR O MORIR


 
ESCRIBIR O MORIR
(Gina Martínez-Vargas Araníbar)

Siempre sentí que me era preciso escribir, pero expresarme a través de la escritura es un ejercicio en extremo íntimo y profundo, siempre fue algo que ejercí como un ritual mágico y secreto, que requirió un afán inquisidor y liberador de mis propias presiones, un proceso extraño de todo cuanto sentía rebasarme, de todo lo incomprensible, ignoto y cabalmente desconocido, que no tiene un nombre o no cabe en las palabras conocidas y descubiertas. Nunca lo he logrado traducir del todo, sólo quizás intentándolo me habré aproximado a plasmarlo, será por ello el desasosiego de alguien que como yo escribe o lo intenta con cierta frustración. Hay mundos que no alcanzan a plasmarse en las pocas letras de un alfabeto, sentimientos y emociones que escapan y son ajenos a las letras, que en verdad no se escriben ni deberían escribirse jamás tal vez, porque no existen allí, su frecuencia es otra, son como ondas disímiles, una suerte de música sin letras que lo llena todo, como el silencio. A menudo me he quedado corta, poco experta y extrañamente cicatera, merodeando entre la A y la Z, sin éxito, ansiando redondear “aquello“ que está en alguna parte y me perturba, cuyo lenguaje y forma de expresión me es vedado tal vez como castigo.

La metanarración me parece algo más íntima porque parece estar basada en alguna experiencia directa, pero no obstante, en casi todo lo autodiegético parece existir un ego desmesurado, por eso inventaría Greimas a los actantes, por eso estarán tal vez las “voces narrativas”, ese deseo de enmascararse, de envolver y refractar la propia imagen, una fuerte voluntad de ocultamiento, una fuga perpetua y un deseo que tras el anonimato abarque una especie de enclave común con un algo universal y más afín a un todo. Será por todo esto que huyo de las particularidades sin sustancia o las que simplemente no alcanzo a desmenuzar de este modo.

Sospecho que a casi todas las que pasamos de los 40 nos dice algo un flashback literario, porque podemos empezar a creer que “existe”, aunque sepamos sea meramente literario, porque podría abarcar una conciencia común de algo que también hemos vivido, conocemos o es verdad; no obstante, la temporalización prospectiva de un Flash-Fordward, o una prolepsis que mira hacia delante, nos puede llegar a parecer algo más fantástica, por las miles de formas posibles de resolución de una realidad futura. Creo que nuestro lado oscuro es capaz de iluminarse cuando se produce una instancia reflexiva, vale decir una especie de flashback. De allí a la infinidad de digresiones a las que se pueda llegar al escribir algo, es un mundo. Humanamente un Flaubert o un Balzac nos parece más íntimo y personal que un Asimov o un Bradbury, unos padecen y tienen carne y otros parecen sobrevivir y tener que adaptarse en nuevas construcciones futuristas y ser de latón o de cartón piedra, donde se mueven cosas más singulares y ajenas a lo que nos es común. Infiero de ello todo cuanto entraña la noble tarea de la escritura: lo creíble, lo increíble, lo que parece tener impresa nuestra huella y ese algo escrito en nuestras venas, en nuestro código genético y venir de nosotros mismos y que aún siendo singular y único es capaz de ser común a todos.

El escritor Enrique Vila-Matas dice: “Escribir es desposeerse, un morir sin detención posible”. Y ¿por qué no un vivir o revivir constante?, creo es un reinventarse a sí mismo muchas veces, un intento de revivir lo ya vivido, de perpetuar el artilugio de una memoria emocional asimilada, un ejercicio de repasar lo almacenado, siempre y cuando se refiera a nuestra realidad, con toda su carga estructural o conjunto de emociones posibles y rescatables.

Nunca quise publicar nada, de hecho jamás escribí para otros que no fuese yo misma, los relatos cortos me los escribí y narré a mi misma en una etapa creativa de evasiones y extravíos, los Stream of Concienciousness, psiconarración o monólogos interiores, me sirvieron posiblemente para vagar por otros mundos, o por manicomios, donde yo era una simple espectadora y pisaba con miedo alguna estrella roja y marciana, donde los bulevares y mis corredores estaban flanquedos de estrellas lejanas que jamás llegaría a coger, pero me dieron la idea de estar viajando en alguna alfombra misteriosa y mágica, sobre todo a estar lejos de mi misma y esa otra realidad, aspirando permanecer quizás en alguna bella infelicidad.

Como terapia bien, de modo que fui perdiendo el caparazón de un Gregorio Samza, para ir dejando los pudores y las vergüenzas, hasta llegar a contradecirme e ir sacando las tintas de calamar y los rubores, hasta sucumbir en la fácil blogosfera del Cyber espacio de los Ínter nautas. Increíble pero cierto. ¡Cosas de la vida!.

Barcelona 28 de mayo de 2008
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3 Respuestas to “ESCRIBIR O MORIR”


  1. 1 macpik
    May 28, 2008 a las 1:43 pm

    Hola Javier:

    ¡Qué bonito!, …bueeno, todo cuanto dices es verdad, el conocimiento y la escritura tienen un parangón con el progreso evolutivo del hombre, por cuanto en cierto modo el conocimento es poder, eso es verdad. Sobre aquellas que escribieron y fueron mujeres, siempre se les “obligó” a callar. Ya más adelante la mujer hizo su propia lucha por detentar de aquel poder y tener voz y voto, es el caso de las célebres escritoras: Ann Marie Evans o la llamada George Elliot y Aurora Dupin, llamada George Sand (amante del gran músico Chopin), porque ambas tuviéron que vestirse de hombres para poder escribir y publicar en sus respectivas épocas.
    Felizmente en nuestros días todo esto ha cambiado radicalmente y acepto que algunas nos demos el lujo de dudar o de tomarnos ciertas prerrogativas, para estar allí escribiendo o publicando nuestros escritos y al pie del cañón, no obstante, es nuestro derecho hacerlo o no. Es como para pensárselo lógicamente y agradecerte este razonamiento. Gracias otra vez por tus bonitas palabras hacia mi persona y mi escritura.

    Un abrazo.

    Gina.

    macpik dijo esto en 28 Mayo 2008 a 10:06 pm | Responder (editar)

  2. 2 Javier
    enero 2, 2010 a las 1:38 pm

    Déjame decirte, querida amiga, que el ser humano escribe por necesidad; tal vez la necesidad de probarse a sí mismo que es el animal superior de la pirámide evolutiva.
    La escritura núnca ha estado bien vista, y mucho menos cuando quien escribía era una mujer, puesto que el hombre se cree superior a cualquier otra criatura y odia tener que compartir su saber. De ahí que en otros tiempos se llevaran a cabo campañas de quema de libros, desinformación o reprogramación ( como diría George Orwell en su obra 1984).
    Hasta nuestros días, se podría decir que aquel que tenía el saber, ejercía el poder y los demás eran sus esclavos; porque se creía que aquel individuo había sido agraciado por Dios, el Cual le había dado el conocimiento. Hoy por hoy, los absolutismos y caciquismos han degenerado, de modo que el saber no está en posesión de un único individuo o de un puñado de elegidos, sino que el conocimiento está en expansión, generando un flujo continuo de información ( es la era de internet y el ciber espacio, el descubrimiento de nuevos planetas…(probablemente habitados), etc.) de tal modo que el poder parece cambiar de manos. Hoy ostenta el poder aquel o aquella que posee más información. Es por ello, que la escritura tiene un papel preponderante en nuestra sociedad y el índice de analfabetismo ha descendido considerablemente; además, internet está al alcance de cualquiera y al contrario que en otras épocas en que algún idioma como el Esperanto fue perseguido y obligado a desaparecer, hoy en día está naciendo un nuevo idioma ( o ciber idioma ). Por eso no te importe, querida amiga, que otros podamos leer tus maravillosos artículos, que por otra parte, sería de un egoísmo criminal guardases para tí. Con tus pensamientos nos abres los ojos a un hermoso jardín de esperanzas en este mar de los sargazos en el que se enredan los barcos de nuestras vidas.
    Para acabar quisiera agradecerte por tu filosofía y por ese enrevesado laberinto que te atormenta y te convierte en una especie de nuevo Sócrates (“Yo sólo sé, que no sé nada” ) inquieto buscador del tesoro del conocimiento para luego compartirlo con sus discípulos, porque para qué sirve si no el conocimiento. Gracias por compartir esas miguitas de sabiduría. Que la Luz te guíe.

    Javier

    Javier dijo esto en 28 Mayo 2008 a 9:00 pm | Responder (editar)

  3. 3 Anonimus
    enero 2, 2010 a las 1:47 pm

    Hola:

    Lo habeís dicho casi todo, pero si escribir es un placer para los que lo hacemos, se debe seguir haciendo aunque no nos paguen por ello. En verdad son muy escasos los privilegiados que logran vivir de la escritura.

    saludos

    Anónimus

    Anonimus dijo esto en 29 Julio 2008 a 2:02 pm | Responder


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